miércoles, 16 de julio de 2014

¿De qué forma las críticas de los padres hacia sus hijos pueden crear una persona violenta?

¿De qué forma las críticas de los padres hacia sus hijos pueden crear una persona violenta?

En ocasiones los niños y jóvenes toman un comentario o critica como agresión dirigida a su persona. Este tipo de sentimientos puede llevar a actos de violencia, ya sea hacia ellos mismos o sus padres.
Expresar nuestras emociones de una manera incorrecta pueden lastimar el autoestima de nuestros seres queridos, usar palabras o frases inadecuadas pueden causar un sentimiento de culpa.
Numerosos estudios muestran que hay un circulo entre violencia y baja autoestima. Las personas que han sido humilladas o han sido victimas de violencia, se sienten inseguras, sienten que no valen; incluso relacionan esta inseguridad con enojos, envidia o amargura. Estos sentimientos a su vez, las llevan a lastimarse o a otros. Además, quienes se sienten inseguros pueden ejercer actos de violencia como modo de ocultar esa inseguridad.
El abuso hacia los hijos
Gran parte del abuso ocurre cuando los adultos  esperan actos de los menores que aun no están listos para realizar, como lo son el dejar de llorar, avisar para ir al baño, tomar cosas sin dejarlas en su lugar.
En la adolescencia los padres esperan actos de mayor responsabilidad o menor rebeldía.
Al ver que en ninguno de los dos casos ocurre lo que esperan, llegan a la desesperación, frustración o enojo, lo que provoca que termine en gritos o golpes hacia los hijos.

Fuente: Susan Pick, Martha Givaudan, Alexandra Tacher. Violencia ¿Cómo identificar y evitar la violencia en cualquiera de sus formas?. Segunda edición. México: IMIFAP-“Yo quiero, Yo puedo”

viernes, 11 de julio de 2014

¿Qué es violencia?

¿Qué es violencia?


Cualquier acto mediante el cual una persona trata de doblegar a la fuerza, ya sea física, psicológica, económica o sexual. Su intención, más que dañar, es dominar y someter el poder.
Los actos de violencia tienen como objetivo reafirmar el poder del agresor y ejercer control sobre la victima; es decir doblegar su voluntad.

¿Qué tipos de violencia hay?
Física
La violencia física ocurre por medio de golpes, pellizcos, jalones, empujones; o aventando, asfixiando, persiguiendo. La violencia físico siempre va acompañado de violencia emocional.
Emocional
Se da mediante chantajes emocionales, celos, amenazas de muerte o suicidio; amenazas de quitarnos algo o lastimar a algún pariente o amigo; y con expresiones que nos hacen sentir culpables, inferiores o inseguros.
Sexual
Cuando hay violencia sexual se nos presiona a ver fotografías eróticas o pornográficas, así como ser tocado o tener relaciones sexuales cuando no queremos o de una manera que nos hace sentir incomodidad.
Económica
A través del chantaje económico, se nos dice que solo bajo ciertas condiciones, que pueden se amenazadoras o causar miedo, se nos dará dinero o algún bien material.
Institucional
Se ejerce cuando una institución que fue creada para brindar un beneficio social se niega a prestar sus servicios a una persona debido a causas discriminatorias.


Fuente: Susan Pick, Martha Givaudan, Alexandra Tacher. Violencia ¿Cómo identificar y evitar la violencia en cualquiera de sus formas?. Segunda edición. México: IMIFAP-“Yo quiero, Yo puedo” 

viernes, 4 de julio de 2014

¿Cómo podemos prevenir la diabetes?

¿Cómo podemos prevenir la diabetes?


La diabetes es una enfermedad crónica, sin cura pero controlable, que afecta a cerca de 15 millones de latinoamericanos. Existen cuatro tipos de diabetes, la tipo 1, la tipo 2, la diabetes gestacional y un grupo de trastornos que se denominan “otros tipos específicos de diabetes”.
La diabetes tipo1 es más común en personas jóvenes y constituye aproximadamente el 5% de todos los casos de diabetes. En este tipo de diabetes, el páncreas no produce insulina, por lo que las personas tienen que recibir tratamiento hormonal y otros medicamentos. La diabetes tipo 2 es mucho más frecuente (95% de los casos) y generalmente se presenta en personas adultas, mayores de 40 año de edad y con algún grado de sobrepeso u obesidad. En la diabetes tipo 2 la deficiencia de insulina es más relativa, por lo que el tratamiento hormonal no siempre es necesario.  Por su parte, la diabetes gestacional hace referencia a una alteración en el metabolismo de la glucosa que inicia o que se reconoce por primera vez en el embarazo. Y por último, los “otros tipos específicos de diabetes”, son un grupo de enfermedades diversas que pueden causar aumento en los niveles de azúcar en la sangre.

A pesar de no tener cura, la diabetes tipo 2 es prevenible; pero para poder evitarla, debes tener claro, primero, cuáles son los factores de riesgo de la enfermedad, es decir, cuáles son todas aquellas cosas que hacen que una persona sea más propensa a sufrirla. 
Los factores de riesgo se dividen en dos grupos: los no modificables y los modificables. 
En el primer grupo se encuentran todas aquellas características habitualmente de tipo genético, algunos ejemplos son los antecedentes familiares de diabetes, la edad y la raza. En ese sentido, es importante que conozcas que el riesgo de diabetes aumenta con el paso del tiempo; las personas mayores de 45 años, deben realizarse, por lo menos cada tres años, los exámenes pertinentes para monitorear su glicemia, y si tienes factores de riesgo, se recomienda que el monitoreo empiece antes. De igual forma, la raza, es otro factor de riesgo, debido a que los latinos, afroamericanos, asiáticos y personas de las islas del Pacífico, tienen mayor riesgo de diabetes que el resto de la población.
El segundo grupo, son aquellos que puedes modificar, como el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo. Si mantienes una alimentación balanceada y realizas actividad física siguiendo unas recomendaciones de frecuencia, duración e intensidad, no sólo disminuirás el riesgo de padecer diabetes sino también de otras enfermedades adicionales, como las cardiovasculares. El uso de tabaco y el consumo de alcohol también se consideran factores de riesgo importante para la diabetes y otras enfermedades, por lo que dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol, son otros de los pilares fundamentales para la prevención de esta enfermedad.
Fuentes:
Federación Mexicana de Diabetes, A.C. – www.fmdiabetes.org
Organización Mundial de la Salud (OMS), 2014: http://www.who.int/

miércoles, 2 de julio de 2014

¿Cómo prevenir la obesidad y el sobrepeso?

El sobrepeso y la obesidad pueden detectarse fácilmente, prevenirse y tratarse. Aún en los casos severos, la persona afectada puede lograr un peso adecuado


¿Cómo se puede prevenir y qué medidas tomar?
El sobrepeso y la obesidad pueden detectarse fácilmente, prevenirse y tratarse. Aún en los casos severos, la persona afectada puede lograr un peso adecuado.

Se recomienda que toda persona que tenga presión arterial alta o que viva con diabetes, niveles altos de colesterol u otro tipo de padecimiento asociado a la obesidad, baje de peso para llegar a un peso adecuado que le corresponde de acuerdo a su estatura y edad, con esto ayudará de manera importante a mejorar su salud. 

Recomendaciones generales
Para mejorar la salud de las personas que tienen sobrepeso u obesidad, existen algunas recomendaciones simples:
Modifica tu alimentación. Aumenta el consumo de verduras y frutas y disminuye el consumo de alimentos que contengan grasas, carbohidratos y sal.

Toma agua simple, entre 6 y 8 vasos al día (cada vaso de 250 mililitros). Evita el consumo de refrescos, jugos o cualquier bebida que contenga azúcar.

Realiza actividad física. 30 minutos diarios es lo recomendable para adultos y 1 hora para niñas, niños y adolescentes.

Puedes realizar actividades sencillas como; caminar, trotar, correr, subir y bajar escaleras, se trata de rutinas básicas para mover tu cuerpo y que puedes realizar aumentando gradualmente la intensidad y el tiempo.

Bebe agua simple en abundancia, ponte en movimiento y cuida tu alimentación. Siguiendo estas tres medidas, mejorará tu salud y te sentirás estimulado para perder peso.

¡Lo más importante es mantenerse activo!
Recomendaciones para una alimentación correcta
Evita el consumo de alimentos que contengan muchas calorías, como las frituras, bebidas azucaradas, alimentos industrializados y “comidas rápidas”, son alimentos que aportan una gran cantidad de energía, comerlos en exceso causa aumento de peso.

Distribuye tus alimentos en 5 tiempos de comida: 3 comidas principales (desayuno, comida y cena) y dos colaciones (una matutina y una vespertina).

Consume alimentos ricos en fibra, principalmente de tipo soluble, es decir, proveniente de alimentos como verduras y frutas, que de preferencia se consuman crudas y con cáscara. Aliméntate también con leguminosas que son una fuente rica en fibra.

Limita el consumo de bebidas alcohólicas.

Si tienes sobrepeso u obesidad, se recomienda sustituir el uso de azúcar refinada por edulcorantes sin calorías, como sacarina, ya que su consumo de forma moderada no representa ningún daño para la salud.

Sirve raciones pequeñas en platos pequeños, esto con la finalidad de que la persona pueda apreciar un mayor volumen de alimentos en un menor tamaño.

Establece horarios fijos de comidas.

Evita el consumo de alimentos frente a la televisión o computadora.

Incluye diariamente en tu alimentación verduras y frutas.

Prefiere los cereales de tipo integral (tortilla, pan integral, pastas, galletas o avena) por su fuente de fibra.

Evita alimentos donde se combinen los azúcares con las grasas, como el pan dulce, helados, chocolates, pasteles y otros productos.
Fuentes:

Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). “Vive mejor cuidándote del sobrepeso y la obesidad”: http://www.prevenissste.gob.mx/


Organización Mundial de la Salud (OMS), mayo 2014: http://www.who.int/

martes, 1 de julio de 2014

Obesidad y el sobrepeso

La obesidad y el sobrepeso son los principales problemas de salud pública en México, ocupando el primer lugar a nivel mundial en niños y el segundo lugar en adultos

¿Qué son el sobrepeso y la obesidad?

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.

¿Qué causa el sobrepeso y la obesidad?

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. En el mundo, se ha producido: un aumento en la ingesta de alimentos que son ricos en grasa, sal y azúcares pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes, además de un descenso en la actividad física como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente urbanización.
A menudo los cambios en los hábitos de alimentación y actividad física son consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo y de la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud; agricultura; transporte; planeamiento urbano; medio ambiente; procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, y educación.

Datos sobre el sobrepeso y la obesidad 

En el Mundo

El sobrepeso y la obesidad son el sexto factor principal de riesgo de defunción en el mundo. Cada año fallecen alrededor 3,4 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. Además, el 44% de la carga de diabetes, el 23% de la carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7% y el 41% de la carga de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad.
En 2012, más de 40 millones de niños menores de cinco años de edad tenían sobrepeso.

En México
En nuestro país, el 72% de las mujeres mayores de 20 años tiene obesidad o sobrepeso, 66% de los hombres mayores de 20 años y el 26% de niños en edad escolar.
Las consecuencias del problema de sobrepeso y obesidad son, entre otras, mortalidad 12 veces mayor en jóvenes de 25 a 35 años, 25% de las incapacidades laborales son por padecimientos relacionados con la obesidad.
En México, 8 de cada 10 personas mayores de 30 años no realiza ninguna actividad física, la clase de educación física en escuelas primarias se lleva a cabo una vez a la semana y dura apenas 39 minutos, en promedio, y sólo 9 minutos de actividad moderada o intensa.
Fuentes:
Secretaría de salud “Sobrepeso y obesidad”  2014: http://www.noalaobesidad.df.gob.mx/
Organización Mundial de la Salud (OMS), mayo 2014: http://www.who.int/

jueves, 7 de noviembre de 2013

Yo quiero, yo puedo… educar para una comunicación positiva


Susan Pick

Presidenta Yo quiero, yo puedo (IMIFAP)

Un ingrediente clave para que las relaciones interpersonales sean una fuente de satisfacción y crecimiento es que la comunicación sea efectiva y positiva. Esto es algo que podemos enseñarle a nuestros hijos en casa y a nuestros alumnos en la escuela. Veamos.
No es raro escuchar comunicaciones en las que:
  1. Le echamos la culpa a otra persona por un posible error. Ejemplos de esto son: “Es que me dijiste que hiciera eso”, “Es tu culpa”, ¡“Es que si hicieras las cosas de otra manera!”. En lugar de este tipo de mensajes podemos usar la primera persona (ej empezar las frases con “Yo” no con “Tú” y consultar o sugerir en vez de atribuir. Por ejemplo podemos simplemente decir: “Considero que las canastas se pueden construir de esta otra manera, ¿Te gustaría que te enseñe?”, “Yo creo que podrías hacer esto en menos tiempo si te organizas haciendo una lista de pendientes”, “Qué te parece si nos sentamos a analizar lo que sucedió y juntos buscamos una solución”. De esta manera estaremos tomando en nuestras manos la responsabilidad de lo que decimos y estaremos ayudando a que la otra persona no se sienta atrapada y se ponga a la defensiva. Para que la comunicación sea efectiva y clara, es mejor no atribuirle a otra persona ideas o razones que son interpretaciones nuestras. Por ejemplo “Seguramente llegaste tarde porque no me querías ver” en lugar de decir “Me molestó que llegaras tarde. Por favor la próxima vez que te retrases avísame para calcular mis actividades”.

  2. Cuando algo sale mal criticamos y hacemos sentir mal a la persona en su totalidad, le ponemos calificativos y hasta etiquetas que muchas veces dañaran nuestra relación con dicha persona. En lugar de esto podemos referirnos únicamente a la conducta que nos molestó. Por ejemplo: “Eres un tonto”, “¡Pero que lenta eres, que bárbara!”, “Nunca he visto a alguien con tan poca responsabilidad”. Hablar de una conducta, de ejemplos concretos o brindar sugerencias constructivas, en lugar de resaltar los errores y criticar a la persona lleva a mejores resultados. Por ejemplo, los mensajes anteriores pueden cambiarse por las siguientes frases: ”Me encantaría apoyarte en aritmética. ¿Qué te parece si nos sentamos juntos para ver como hacer sumas y restas?”, “Entiendo que te cueste trabajo armar ese rompecabezas y por eso te has tardado un poco más de lo planeado”, ¿Qué tal si haces grupos de piezas por color para que te sea más fácil la búsqueda?”. Para el tercer ejemplo una comunicación más positiva sería: “Sugiero que tengas un calendario en el que vayas apuntando día a día lo que tienes que hacer, así te será más fácil darle seguimiento a cada actividad. ¿Qué te parece?”



viernes, 18 de octubre de 2013

Yo quiero, yo puedo… apoyar a mis hijos para expresar sus emociones

Susan Pick
Presidenta de Yo quiero, yo puedo (IMIFAP)


Con frecuencia educamos a nuestros hijos bajo la concepción de que deberán expresar solo sentimientos positivos para así mostrarse siempre agradecidos y quedar bien con terceras personas; es decir, limitarse en la expresión de sus afectos y sentimientos. Estudios científicos muestran que aprender a expresar toda la gama de emociones, desde las que disfrutamos y que son socialmente más aceptadas tales como alegría, diversión y agradecimiento hasta las que nos cuestan mas trabajo como pueden ser preocupación, tristeza o enojo, es de gran importancia tanto para la salud física como emocional de las personas. Enseñarles a nuestros hijos desde edades tempranas y a lo largo de todo su desarrollo, a contar con este manejo les da una excelente base para un desarrollo sano y les ayuda a crecer de manera madura y balanceada.

Primeramente tenemos que tener claro que todas las personas independientemente de nuestro género, edad o condición educativa o socioeconómica tenemos el derecho a decir lo que sentimos…reír, llorar, abrazar, enojarnos, preocuparnos, expresar pena, culpa, miedo, acuerdo o desacuerdo.

Asimismo tenemos el derecho a callar cuando no queremos o no podemos expresar algo. Lo que NO se vale es hacerle daño a otras personas por lo que decimos o por la manera en la que lo hacemos. Así por ejemplo, es válido enojarse. Pero hay que aprender a hacerlo de manera que no nos hagamos daño ni a nosotros mismos ni a los demás.

Veamos algunas ideas para apoyar a nuestros hijos e hijas en este aspecto de su crecimiento.
1. Hacer juntos una lista de emociones, afectos y/o emociones y conversar acerca de las diferentes maneras de expresarlos. Así por ejemplo, alegría mediante la risa, cariño mediante un abrazo, enojo explicando que se está enojado y las razones de ello y tristeza llorando.
2. Platicar acerca de las emociones que más trabajo nos cuesta expresar y las que más se nos facilitan así como las razones de ello..Podemos analizar la importancia de sentirse cómodos expresando cada uno de estas. Asimismo podemos incluir ejemplos de problemas en los que las personas se meten por no expresar lo que sienten. Así por ejemplo al no decir que estamos tristes, otras personas nos pueden seguir exigiendo que hagamos algo que no podemos hacer en ese momento; al no expresar abiertamente que estamos agradecidos se puede interpretar como que no estamos a gusto.
3. Con el fin de evitar malos entendidos en la comunicación es indispensable expresar lo que sentimos de manera abierta, clara y directa, sin rodeos, sin agresiones y sin alzar el tono de voz.
4. Hacer una lista de situaciones (romper una piñata, ir a una fiesta aburrida, hacer tarea, jugar pelota, bañarse, recibir un regalo que nos gusta) y las emociones con las que se relaciona cada una.

Yo Quiero, Yo Puedo (IMIFAP) es una ONG que desde hace casi 30 a;os busca despertar el potencial de cada persona mejorando su calidad de vida. Yo Quiero, Yo Puedo (IMIFAP) ha facilitado las herramientas con más de 20 millones de personas que han ampliado sus oportunidades, participado como ciudadanos y tomado el control de sus vidas.